En medio de la contracción de la economía, las empresas pequeñas y medianas del país se han visto directamente afectadas. Sin embargo, en los últimos meses, dada la estabilidad de las variables económicas, en algunos sectores habían empezado a aparecer signos de recuperación y las proyecciones a futuro eran mejores. Pero los últimos acontecimientos económicos y financieros que emergieron después del resultado de las PASO volvieron a complicar el escenario.
“La turbulencia cambiaria y la elevada incertidumbre que dejaron los resultados de las elecciones primarias probablemente truncarán el pequeño repunte de la actividad de la industria manufacturera pyme que se había observado en el segundo trimestre”, indicó ayer la Fundación Observatorio Pyme (FOP). “La recuperación, aunque moderada, parecía ser la pauta para el tercer trimestre del año, de no ocurrir alguna perturbación imprevista”, señaló el informe de la entidad, que está vinculada a la Unión Industrial Argentina (UIA), la Universitá di Bologna y la Organización Techint.
De acuerdo con la FOP, durante el segundo trimestre del año, “los pedidos que recibieron las pymes aumentaron, así como también la producción, aunque sin recuperación del empleo perdido (que permanecía cerca de -6% interanual)”. Complementariamente, la confianza en la evolución económica presente y futura “también había mejorado”, agregó el análisis.
En conjunto, los indicadores de la Fundación “evolucionaban en forma alineada, anticipando la consecución de la recuperación de la actividad, de no producirse un shock exógeno”. Esa tendencia, ahora revertida, abarcaba las perspectivas sobre órdenes de compra, producción, empleo, stock de materias primas y velocidad de entrega de los proveedores, así como también sobre la confianza de los empresarios.
En otro orden, la FOP dio a conocer un análisis según el cual indica que es “un mito” la presunción de que las cadenas de valor no financian a las pyme. “Tanto la banca pública como la banca privada financian a las pyme industriales en igual medida que las cadenas de valor”, aseguró la entidad en su informe. Los datos relevados por la FOP señalan que habitualmente estas empresas financian el desarrollo de toda su actividad en 9% con bancos públicos, 9% con bancos privados y 10% por medio de los créditos de sus proveedores y clientes.
“En un país donde el sistema bancario es muy pequeño, la política pública debería promover el rol financiero de las cadenas de valor”, afirmó la FOP, y afirmó que éstas que “son un instrumento de financiamiento que debe ser potenciado como tal”.
Por otra parte, la entidad añadió que las relaciones entre proveedores y clientes incluyen a todo el segmento de las pyme y de las microempresas, mientras que “las relaciones financieras (bancos y mercado de capitales) incumben, hoy por hoy, y durante las últimas cuatro décadas, a un tercio de las pymes como mucho”.
